De todas formas, pienso intentarlo

26 enero 2011

[Descarga] Pantalla del narrador (no oficial) para Deadhunter

 Visto lo visto, he decidido hacer una pantalla del narrador para Deadhunter...a espera que salga una oficial. Aunque todavía no le he dado uso en partida ya me ha sido de mucha ayuda... espero que si hay alguien más interesado en el juego le pueda servir de algo.

Por otro lado, sigo con el desarrollo de una partida para este mismo juego... pronto os contaré más.



Puedes descargártela desde MediaFire.

18 enero 2011

Cuidar manuales de rol


Ya que me toca estudiar, he decidido colgar esta entrada que tenía preparada. Aunque, me estoy planteando crear una máquina del tiempo para ir al pasado y matar a todos los teóricos de la política... Bueno, ya veré... Mientras tanto, podéis leer: Cuidar manuales de rol.

Como para muchos, la adquisición de un manual de rol supone cierto esfuerzo desembolso para mi economía. Cuidarlos, para mi, es una clara prioridad. Nada más adquirirlos lo primero que hago es forrarlos, aunque como soy una mujer distraída y caprichosa casi nunca mantengo el estilo de forrado. Normalmente me debato entre los siguientes:
  • Con forro plástico, no estropea el libro y si en algún momento está muy deteriorado puedes cambiarlo por otro. Para que no se desmonte, la opción más común es colocar unas tiritas de celo, ¡pero sin tocar el libro! Sin duda, mi preferido. ¡Te permite ver hasta la portada!
  • Con forro adhesivo. Para mi gusto, el más engorroso de todos los tipos de forrado, ¡se pega por todas partes y, como no tengas paciencia, se queda todo lleno de horribles burbujitas. Sin olvidar que, una vez pegado... ¡no hay marcha atrás! 
  • Forros ajustables, los vi cuando fui a EEUU y me parecieron curiosos. Los que yo vi eran piezas de tela elástica, que no valían la pena para libros de tapa blanda porque los doblaba. Una solución rápida y limpia para forrarlos. ¿Los venden en España? Ummm...


  • Con papel con motivos, ¡quedan muy chulos! Eso sí, se pierde la portada de los libros y el papel tiende a estropearse fácilmente. 
  • Cuando quiero que mis libros tengan un toque sotisficado y misterioso, uso papel de periódico. Es una opción económica, ya que hay muchos sitios donde te los regalan. ¡Se pueden forrar muchas cosas con este tipo de papel! Y además, nadie sabe lo que hay debajo.
  • A falta de otros tipos de papel, si tienes que mover el libro o dejárselo a ese amigo tuyo que lo deja tirado en el primer sitio que encuentra, otra opción es forrarlo con esa molesta propaganda. Es una versión más cutre de la de arriba, pero útil. Y sabes que siempre tendrás un poco en el portal. 
Por supuesto, existen otras manías o formas de cuidarlos. Un amigo mío, por ejemplo, tiene la regla única de: no se abren más de 90º.  No me parece una manía mala, simplemente un poco estresante. 

Y, vosotros, ¿qué opináis? ¿Algún truquito para cuidar vuestros libros? :)

11 enero 2011

Cuando yo no sabía que era el rol....

En las últimas semanas he visto que la Asociación Juvenil El Cuarto Oscuro recoge las primeras veces de sus miembros en el Gran Juego. Y yo, como niña envidiosa, he querido rememorar el día que, por primera vez, llevé un personaje y viví una aventura.

Fue hace dos años, en diciembre. Yo era una alumna de 2º de Bachillerato inocente, que veía animes y leía cómics. Mi tiempo libre lo gastaba jugando a los Sims y escribiendo fanfics. No sabía de rol más que existía algo que se llamaba Dungeons & Dragons y que se jugaba con dados. Parecía que nada iba a cambiar hasta que, un día, conocí otra chica. Nos pusimos a hablar y teníamos muchas cosas en común, una cosa llevó a la otra y me invitó a jugar con su grupo. Nos intercambiamos los teléfonos y cada una se marchó por su lado.

No pasó ni media hora y recibí una llamada suya: un coche azul, al final de la calle, ¿te vienes? Supongo que, ahora, fue un poco atrevido. Apenas la conocía de nada, pero fui. Me metí en el coche de un desconocido y salí de la ciudad (sin mis padres) por primera vez. Y, por suerte, resultó ser una gente encantadora.

Nos reunimos seis personas y me presentaron un juego que iba de zombis. Yo no sabía (tampoco) mucho de zombis. Había visto la Noche de los Muertos Vivientes y alguna película más del estilo, pero no me causaban la impresión que me causan ahora.

Nos sentamos en una mesa redonda y me pasaron una hoja: tenía el dibujo de un nerd, una descripción y una serie de datos que no comprendí en ese momento. Pusieron un montón de dados en el centro (¡unos que nunca había visto!) y comenzamos a jugar.

Sois unos estudiantes de la facultad. Tú (el máster señaló al dueño de la casa) tienes una novia que estudia en New York y, como la echa de menos, ha decidido ir a verla. Como no tienen pasta ni coche, él y sus amigos han decidido que se aprovecharán del nerd del curso. Esa eres tú.


Claro, ninguno de nosotros nos esperábamos que la ciudad estuviera infectada de zombis. O, por lo menos, yo no lo esperaba. Apenas nos dio para huir de la ciudad. La partida fue corta o, por lo menos, a mi me lo pareció. No es que yo estuviera muy suelta: permanecía sentada en silencio hasta que alguien se dirigía a mi. Respondía nerviosa, lo que quedaba bastante bien dado el personaje que tenía. Tampoco entendía qué había que hacer. Me decían: coge 1d4 y 2d8 y tíralos. Y yo solo miraba los dados, los señalaba y me indicaban cuales eran.

Supongo que fue un poco desastre, pero lo bueno es que volvieron a llamarme. No volvimos a jugar a zombies (solo en una ocasión más), probamos La Llamada de Cthulhu, Anima, Aquelarre...